25/10/08

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De pequeña era muchas cosas, entre ellas, rubia. Crecí (esa pequeña tortura china) y pasé de un rubio a un castaño claro. Dada mi mirada limpia y mis ojos de un azul diáfano, se me sugería de una manera constante y recurrente que optara por las mechas rubias. Tras arduos dolores de cabeza y deliberaciones tomé la difícil decisión de aclararme al pelo hasta parecer peligrosamente rubia con todas las consecuencias que este hecho suponía. Pasó el tiempo y comenzó a crecerme el pelo de un irreverente castaño. En aquélla época busqué y encontré mi raíz rebelde y me resigné a la evidencia de que mi pelo ya no era rubio y que nunca más volvería a serlo.





1 comentario:

Maria dijo...

no, no lo dejará, a ver, que se le va a hacer.


ambas nacimos rubias, despues de mucho tiempo sin tocar mi pelo y tenerlo hipermegasanoynatural, estuve tres años siendo medio pelirroja, por meses, unos era más cobre, otros más rojo encendido... hasta que las puntas de mi pelo fueron capaces de romperse por sí solas... y me entró el miedo.
he vuelto a ser castaña clara, ha sido un año de cortar muchas puntas, pero todo tiene su parte positiva, y aun me quedan algunas mechas.

ains. U.U

(acabo de hacer una valoración crítica sobre mi vida, pero con tintes capilares... ¬¬)