8/8/11

Mi amiga imaginaria

Mi amiga imaginaria no existe pero disimula su irrealidad mirando fijamente a sus interlocutores. No necesita hablar, parpadea en un intento de inventar el lenguaje visual definitivo.
Mi amiga imaginaria tiene insomnio porque teme soñar y que le guste demasiado. Sus monstruos del armario no desaparecieron cuando creció, se transformaron en seres con dos piernas y dos brazos, que caminaban erguidos y hablaban muy serios como si todo lo que dijeran fuera algo muy importante. Ella decidió imaginarme para que yo fuera real del todo, para que trabajara, me relacionara, me casara e hiciera todas esas cosas serias. Pero pronto se aburrió, cogió su bici Torrot azul, se ajustó los cordones de los zapatos y pedaleó hasta que dejó de imaginarme.

3 comentarios:

Cristina Castro Moral dijo...

Tú eres su recuerdo

Verónica dijo...

Así es, tenía más miedo de que me olvidara que de olvidarla.

Ikana dijo...

Espeluznantemente conmovedor D: